domingo, 5 de julio de 2009

murieron los retoños
de ciruelo

en un movimiento repentino
el poema tomó
forma de hueco

yo apoyé la curvatura de mis manos
en el centro mismo del silencio

y era suave como la piel de un gato,
era rosado y me invitaba a entrar
a fundar mi morada en su intemperie

para que ya no tuviera que decir,
pero yo estaba anclada al otro lado

haber venido y no
porque no era el momento

la musicalidad evanescente
se mantuvo en el aire
y yo hubiera querido haber llorado

pero ni eso siquiera

1 comentario:

Pablo Oblea dijo...

Wow... hay erotismo y timidez, sinceridad y humedad. Un poema anfitrión, la imaginación hace el resto, un suspiro es la respuesta del lector.

Muy lindo Caro.

The entire history of us

creo que esta vez perdí   pero siempre voy a tener tus ojos volteándose para mirar mi pelo largo y suelto como si por primera vez me vieras