Hace seis
meses
tener un
cuerpo era una circunstancia.
Mi cuerpo,
padeciente,
disociado,
desordenado
y dócil
como un
animal domesticado.
Hoy este
cuerpo
me habla
una lengua que no se interpretar.
Me pide un
alimento
demasiado
costoso
para
sentirse vivo
yo
prefiero
morir de inanición
No hay comentarios:
Publicar un comentario