lunes, 3 de agosto de 2009

el rictus ascendente de mi boca
quiso menguar la cicatriz furtiva

-dejame entrar ahí,
ahí
a los labios rasgados de lo inaprehensible

no alcanza
con destilar lujuria:
a veces
la medida justa
suele ser

inexacta

como un vaso vacío
que se incendia
en el rincón absurdo,

la presión omnisciente de lo externo
la alteridad latente en la palabra

y sangro,
pero soy una adolescente
fluorescente

todo confluye al fin

mi obscenidad es la certeza

2 comentarios:

Bruno Nanti dijo...

Lo obsceno no es más que una cucharada extra de realismo en el guiso moral. Que no te envenenen, que no te destilen, que como bien dijiste la inexactitud certera será la que mejor te calce.

Seguí sangrando por los dedos que lo hacés muy bien!

Saludos

Unknown dijo...

"mi obscenidad es mi certeza"
y mi narcótico el encuentro

The entire history of us

creo que esta vez perdí   pero siempre voy a tener tus ojos volteándose para mirar mi pelo largo y suelto como si por primera vez me vieras